skyscraper horizontal

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Artículo - Aquellos maravillosos años

Pese a que el título pueda instar a pensar que esto va de series americanas nada más lejos de la realidad. Nuevamente, tomo inspiración de una conversación con un amigo, un amigo que conocí con las cartas y que también lo ha dejado. El caso es que hablando con él, dijo que seguro que el panorama ha cambiado mucho, y no le falta razón, ello hizo que rememorara tiempos pasados y aparecieron las odiosas, a la par que inevitables, comparaciones, y de la reflexión de las mismas nacen estas líneas que ahora os traigo.


No son nada del otro mundo, solo una reflexión nostálgica como las que muchos habréis tenido alguna vez en la vida, seguramente mas de una vez, solo que yo tengo mas tiempo libre y lo plasmo con palabras. Sin más dilaciones, os dejo con este mini artículo, esperando como siempre que os guste ;)



Aquellos maravillosos años…



Aún recuerdo con nostalgia las frías mañanas invernales de los fines de semana cuando había torneo. Llegaba aún medio dormido a lo que por aquel entonces se conocía como “el garaje”, lugar donde la tienda principal de aquí de Málaga, realizaba los torneos digamos, “grandes”. Recuerdo las largas filas de mesas con sus correspondientes números en esos cartones de Magic. Podían leerse números realmente altos en aquellos trozos de cartón, y pensar que, para que se siente alguien en la mesa treinta, tiene que haber sesenta jugadores por lo menos… Te alejabas de la mesa esperando no volver a ella en lo que restaba de día y te ibas, archivador en mano, a los diferentes grupos que se iban formando, para ver si podías cambiar alguna cartilla antes de que empezase el torneo.



Yo, que soy de naturaleza despistada y bastante flojo, todo sea dicho, era de los que no de preinscribían nunca. Esto conlleva que me tenía que tragar la enorme cola de jugadores, que como yo, aun sin plaza.



El torneo empezaba, e ir a ver los emparejamientos en las columnas de aquel garaje, medianamente habituado para su uso como sede de un torneo, se convertía en una odisea, una lucha del fuerte contra el débil para ver, en cual de las numerosas mesas tenia uno que sentarse para comenzar la escalada hacia las “mesas altas”.


Hoy en día, mi recuerdo del torneo del fin de semana es algo como: Coger un autobús para ir al centro, a la tienda misma, nada de un local o un “garaje”. Pagar mi plaza sin presión alguna por el número de plazas, ya que rara vez se llenan las disponibles, y pensado más en si esta vez, seremos suficientes para que sea “ranqueado”. Apenas nos juntamos unas doce personas, el espacio para jugar tampoco es que de para mucho mas, pero, unos veinte entran seguro. Jugamos en un ambiente más cercano a una tarde de pachangas que ha la de un torneo, y no es que me queje de un ambiente mas jovial, solo es que no es la experiencia de “torneo” a la que estaba acostumbrado y que me gustaba en cierto modo.



En general: Un torneo, no es, al menos en Málaga, lo que era hace unos años. Cuando yo empecé mis periplos por el Magic competitivo, recuerdo incluso los torneos en Marbella o similares, los cuales tenia hasta que planear con un par de días para que todo saliera bien, tener todas las cartas, despertarme a mi hora, buscar como ir y esas cosas.



Si sigo rebuscando en el baúl de los recuerdos que es la memoria, encuentro cosas que también se han perdido, como lo que conocíamos como “el día del cambio”, que en otros sitios como Madrid, se conoce como “el rastro” por ejemplo. Todos los jueves, quedábamos en un centro comercial del centro, y “tomábamos” la primera planta y el bar de abajo, para cambiar, comprar, vender y jugar por pura diversión, testear se le llama también. Era divertido, se juntaba realmente mucha gente aquel día para cambiar. Si buscabas algo, era fácil encontrarlo, y se negociaba, “tira y afloja” y demás. Ahora, cambiar se limita a los ratos entre ronda de los torneos o usar el foro que tenemos para postear listas de cambio, nada que ver con aquel ambiente que se respiraba antes.



Realmente, me da pena que se pierdan cosas del juego que no pertenecen estrictamente al juego y que lo hacen más grande aun si cabe. Esas cosas que suponían un plus, un añadido, un aliciente para el Magic en general y que a día de hoy, están, si no desaparecidas, en vías de extinción…



Por otra parte, tengo que reconocer y aceptar algunas de los motivos que han incentivado que estas viejas costumbres se vean relegadas a un segundo plano, la imposibilidad de pagar diez euros por cada torneo, la disponibilidad de tiempo, la retirada de jugadores activos por causas personales dispares y razones similares han promovido que “esas pequeñas cosas” desaparezcan poco a poco.



Reconozco que me pongo nostálgico y pierdo objetividad al escribir esto. Existen razones objetivas para la actualización de las costumbres que rodean el Magic, pero estoy seguro que no soy el único que extrañara esas pequeñas cosas que, en el fondo, son como el sabor del agua, y más de uno se dirá al leer esto ultimo “el agua no sabe a nada”, y es verdad, pero si cuando te echas el vaso a la boca el agua no esta bien fría, no es lo mismo…



-CMGardeta-



Como siempre, espero que os guste y no penseis que habeis perdido el tiempo leyendo ;)